Ayer pude leer en El País esta noticia "Francia retira a Céline de los homenajeados del año, por su antisemitismo"
El país que dió asilo hasta hace dos días a Jean-Claude Duvalier, se niega a homenajear a Céline por antisemita. En esta comparativa sacada de uno de los comentarios creo que se refleja hasta qué punto de estupidez se está llegando en determinados temas. Esa es la noticia que ayer reflejaba El País sobre la decisión de Mitterrand de suprimir a Celine del calendario de celebraciones nacionales. Según dijo, "Tras una profunda reflexión, y sin dejarme llevar por la emoción del momento, he decidido que no figure Céline en las celebraciones nacionales". El ministro ha subrayado la contribución del autor a la historia de la literatura, pero "el hecho de haber puesto su pluma a disposición de una ideología repugnante, la del antisemitismo (...) no se inscribe en el principio de las celebraciones nacionales".
La noticia es digna de análisis y me lleva a pensar qué será de muchos autores clásicos que también manifestaron prejuicios antisemitas, sin ir más lejos Cervantes o Quevedo. Creo que todo esto se está saliendo de madre y son los propios judios quienes deberían poner freno a tanto sin sentido.