Cuando preparaba un post sobre la entrevista realizada en TVE por la periodista Ana Pastor al presidente iraní Ahmadineyad (esa en la que parece que la periodista intenta entrevistarse a sí misma) me encuentro con otro post en el blog de ailian titulado Así le luce el pelo a Ana Pastor que refleja exáctamente lo que pretendía contar. Como no soy de los que reinventan la rueda, os remito al post de ailian sobre este asunto cuyas primera frases reproduzco a continuación:
Así le luce el pelo a Ana Pastor
Los vomitivos halagos que se ha llevado Ana Pastor en la entrevista que hizo al presidente iraní Ahmadineyad por toda la red merecen una réplica contundente. No conocía a esta “periodista”, así, en comillas. Y lo pongo en comillas porque lo que ha hecho no es periodismo, sino televisión espectáculo. Esta mujer es una estrella televisiva, parece salida de una teleserie o de una novela venezolana. Fotogénica, guapa y quizás buena actriz… pero no periodista. Se sabe bien el guión, y antepone destacar ella misma como personaje dejando en segundo plano la posibilidad de obtener información inédita o interesante del entrevistado. Por lo menos en este caso.
Vayamos por partes.
A la pregunta “¿Se tiene que intervenir en Libia?” el presidente iraní responde que no. Que los ejemplos de Irak y Afganistán demuestran que esa opción no soluciona, sino que más bien empeora las cosas. ¿Y qué hace Ana Pastor? No escucha. No le interesa ni le gusta esa respuesta. Y a partir de ahí, prácticamente al principio de la entrevista, empieza su naufragio como periodista. Porque en lugar de mostrarse imparcial y profundizar en las respuestas quiere imponer su criterio. Da a entender con argumentos e insistencia que se tiene que hacer una intervención en Libia.
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