Creo que todos o casi todos nos alegramos de que en el mundo árabe los dictadores vayan cayendo ante la presión de las movilizaciones populares. El caso de Egipto ha sido ejemplar en muchos sentidos y especialmente porque hemos podido seguir casi en directo todo lo que estaba ocurriendo allí. Nos lo contaban los protagonistas, les podíamos ver las caras, a los periodistas a los manifestantes y a la policía. Lo que no acabo de entender es la enorme diferencia con el caso de Libia: la violenta represión, el apagón informativo, la amenaza de intervención, en fin, no tiene nada que ver, con lo que no deberíamos comparar un caso con otro. Ahora me quedo mucho mas mosca después de ver esta noticia que recoge que el ejército ruso (que ha estado monitorizando vía satélite el espacio aéreo líbio desde el comienzo de las revueltas) afirma que no le consta que Gadafi haya utilizado aviones para reprimir las revueltas tal y como afirmó la prensa occidental. Cada cual que lo interprete a su manera, pero esto me recuerda al caso de la enfermera kuwaití contando ante los medios cómo los bebés eran pasados a bayoneta por los iraquíes los primeros días de la invasión de Kuwait.