19 febrero 2010

Francia, ese estado policial

Enrique Dans, profesor y gurú de la cosa web, publicó ayer un buen post sobre una iniciativa de Sarkozy llamada LOPPSI2 para controlar lo que hacen sus ciudadanos con Internet, no vaya a ser que los franceses (y luego nosotros) nos enteremos de más de lo necesario.
Utilizando el caballo de troya de la pornografía infantil, algunos estados europeos pretenden legitimar la censura sobre una lista abierta de sitios web. Esas listas ya existen, pero este "proyecto" de Sarkozy va aún mas allá. Hablando claro, la pornografía infantil es una lacra espantosa, pero si para combatir ésta el Estado va a tener que controlar y vigilar lo que leemos y las webs que visitamos mejor que la cosa se quede como está. A continuación el post de E. Dans, al que felicito por traer a primera página este asunto de vital importancia para el futuro de nuestras libertades fundamentales.



Francia, ese estado policial, por Enrique Dans

Francia, ese estado policial situado al norte de España, pasa a liderar la clasificación de países que censuran la red y vigilan a sus ciudadanos al llevar al parlamento un paquete de medidas, conocido como LOPPSI2, que incluye desde troyanos gestionados por el Estado destinados a vigilar las acciones de los usuarios, hasta una base de datos (Pericles) que recoge los hábitos de los ciudadanos en la red, pasando por una larga lista negra de sitios a los que los franceses no podrán teóricamente tener acceso de manera directa.
Bajo la teórica y patética excusa de proteger a los ciudadanos contra la pornografía infantil, el paquete de medidas propuesto arrasa con los derechos fundamentales y aboca al país vecino a una suerte de Résistance que se plasmará en el florecimiento de una auténtica darknet, una red completamente cifrada que convertirá en patéticos los intentos de ese liberticida llamado Sarkozy por controlar cosas más allá de lo legítimamente controlable. Pretender controlar Internet a costa de las libertades fundamentales es un camino que no solo no va a ningún lado, sino que puede acabar en el desastre, contribuyendo a un enrarecimiento del entorno que derivará en situaciones mucho más graves y más difíciles de monitorizar.

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